CRÍTICA: ENEMIGOS PÚBLICOS

El pasado viernes, se estrenó en las pantallas de nuestro país una de las películas más esperadas de la presente temporada estival, "Enemigos públicos", dirigida por Michael Mann y protagonizada por Jhonny Depp, Christian Bale y Marion Cotillard.. Pero el resultado final se presenta mucho más pobre de lo que el envoltorio formal merecía.
Porque la pieza más importante de la cinta no funciona: la historia. La trama no merecía ser contada. O al menos de esta manera. Los hechos, todos repetitivos, se presentan unos detrás de otros sin ningún hilo narrativo lógico. Por lo que al final, el espectador es partícipe de una serie de atracos, capturas y huidas varias sin ningún interés dramático. En ellas, los personajes no evolucionan y se muestran lineales. Y es que al final, en una película, unos hechos deben desencadenar otros y no suceder uno detrás de otro.

Por otro lado, los personajes son muy planos, con excepción del de la chica del protagonista, Billie Frechette (Marion Cotillard). Pero, sin duda alguna, el que peor funciona es el de Christian Bale (Melvin Purvis). Parece mentira como un personaje tan importante en la trama es completamente descuidado en el guión, hasta tal punto de no pararse en ningún momento de la cinta a describirnos cómo es.

Johnny Deep es uno de los grandes reclamos de la cinta. Su trabajo es tan bueno cómo cabe esperar y se suma a la larga lista de personalidades de dudosa moral que al actor tanto le gusta interpretar. La oscarizada por “La vida en rosa” Marion Cotillard vuelve a demostrar su frescura ante la cámara, con una interpretación muy lograda, quizás la más de toda la cinta, y asciende un paso más en el estatus de joven promesa del cine. Pero Christian Bale está bastante inexpresivo, algo comprensible, viendo la escasa información que tuvo el actor para construir el personaje.


El director Michael Mann (“El dilema”, “Heat”) a pesar de su más que sobrado oficio tras la cámara, no ha sabido dar en el clavo. Es cierto que la cinta tiene unos contrapicados envidiables, especialmente uno en uno de los robos a un banco con Depp y que la intención de mover la cámara constantemente me parece muy interesante, pero el resultado final no es tan bueno como se esperaba. Y es que este movimiento anteriormente señalado me parece muy interesante para poder filmar una historia clásica con todo el nerviosismo del cine de ahora, pero lo cierto es que a veces cansa y es del todo injustificado en algunas escenas.

Pero, sin embargo, la puesta es escena es prodigiosa: la dirección artística, el vestuario y el maquillaje son excepcionales. El montaje es todo lo frenético que merece, aunque a veces peque de artificioso y confuso.

En resumen “Enemigos públicos” es una cinta que se deja ver, pero que resulta del todo desaprovechada por un guión que no está a la altura del resto del equipo de trabajadores de la cinta.





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